viernes, 14 de junio de 2013

Historia de Anthara (IV)

Llegamos a la última entrega de este pequeño reportaje monográfico dedicado al pasado de Anthara, centrado sobretodo en Áinster, pues como ya comentaba, centrarse en la evolución de los reinos periféricos implicaría mucho trabajo. Para esta ocasión, trabajaremos la Era de los Mortales, la pasada, y el periodo en el que nos encontramos ahora, la Era Dorada.

Palabras clave:

- Anthara: Nombre del plano. Su pasado es lo que estáis leyendo.

- Anthas: Nombre del mortal que forjó las Armas de los Dioses, y que con el poder de estos, amenazó con destruirles para luego ser encerrado. 

- Ranthas: Imagen de Anthas que salió de la piedra falsa destruida por la Tercera Generación de Portadores de la Marca. Un semidiós en el plano. Sumo sacerdote del culto al Fuego Sagrado.

La relación entre los nombres es tan evidente como secreto su significado.

- Portadores de la Marca: Grupo de elegidos por los dioses, "marcados" por estos, que son los únicos que tienen el poder para destruir al malvado ser, pues su destrucción solo vendrá cuando mortales y dioses converjan en un mismo recipiente.

- Áinster: Nombre del continente más poblado y poderoso. Buque insignia de la evolución de las civilizaciones mortales.

Era de los Mortales (433-454)

Este pequeño periodo de tiempo se caracteriza, principalmente, por tres eventos, relacionados de una u otra manera con Anthas, ese malvado mortal que intentó destruir a todos los dioses y, por ello, fue encerrado.

Como decía en la entrada anterior, la que se creía guarida de Anthas resultó ser una piedra falsa, una suerte de trampa que se había puesto en el plano para que una pequeña esencia de este caminase por la tierra de los mortales. Esa esencia se transformó en culto, y se denominó sin ningún tipo de apego Ranthas, el culto al Fuego Sagrado. Este tuvo un gran incremento de fieles a lo largo de la primera década en el Reino de Istar, hasta el punto de convertirse en culto principal, arrancar el de los otros dioses, a los que se consideraba impuros, y acabar con la monarquía para convertirse en una teocracia que comenzó a expandirse por todo el continente. No vamos a entrar en los detalles de su fuerza, pero sí en que tuvo lugar una cruenta guerra civil que nos llevaría hasta la destrucción total del mismo por parte de un grupo de chicos que sobrevivieron a una de estas purgas, y que se convirtieron, sin ser elegidos ni nada, en auténticos salvadores del plano. A estos se les llamó los Héroes de Dobus. Unidos a algunos Vigilantes y de la mano del ejército de Dorull, la Dama Blanca, caudilla de los ejércitos de la Resistencia, lograron acabar con la amenaza de este culto e impusieron de nuevo la paz en el continente. Pero las consecuencias fueron visibles. La Dama Blanca fue escogida Senescal de Istar, y comenzó la reconstrucción del reino. Esto fue aprovechado por Ástarin, que en el año 449 compró una gran parte de los territorios al Reino de Istar, que vio mermada su potencial.

La Guerra del Fuego Sagrado tuvo consecuencias espirituales muy severas. Los mortales, especialmente los humanos, comenzaban a perder la fe en unos dioses que no le habían ayudado en esos momentos de guerra. Habían sido un grupo de chicos, de personas sin mucha preparación, los que habían vuelto a demostrar que los mortales no necesitaban de los dioses, fuesen cuales fuesen. Es importante destacar una máxima de Anthara: el poder de un dios es proporcional a la Fe que se profese en él. Los dioses comenzaban a perder poder y Anthas se preparaba, desde su prisión, para dar el golpe maestro a fin de ser liberado.

En este contexto, es preciso mencionar a Roger Strund, uno de los Héroes de Dobus. Tras finalizar esta guerra, cada uno se dividió con la idea de reencontrarse años después. La popularidad y don de la palabra de Roger le bastaron para hacerse un hueco en poco tiempo como consejero de Aloysius Álentor, monarca de Istronia. Como mano derecha del rey más poderoso de Áinster, tomó arengas contra los dioses y publicó uno de los escritos más famosos que se recuerdan en toda la Historia: el Manifiesto Contra los Dioses. Este documento, escrito con trazas populares y que llegó a todos los estamentos de la población, implicó una gran revolución. Los creyentes dejaron de serlo en poco tiempo, hastiados de la ausencia de ayuda. Se destruyeron iglesias. Se asesinaron clérigos. Se clamaba por la libertad del Mortal, especialmente entre los humanos. A Roger se le fue de las manos. Los dioses estaban en su hora más baja.


Áinster en el año 450

Estamos en el año 450. Como decía, en muy pocos años los acontecimientos se aceleran. Los dioses, con sus últimas fuerzas, designan a un nuevo grupo de Portadores de la Marca, doce en total. Estos deberían devolver la Fe a los mortales y destruir, de una vez por todas, a Anthas. En el año 453 comenzaba un peregrinaje que duraría un año, y que culminaría con la destrucción definitiva del malvado dios y la Lluvia Dorada, con la que una fina agua del color del oro atravesó todos los lugares del plano. Los mortales comenzaron, poco a poco, a creer de nuevo. La cuarta generación, por fin, acababa con el Usurpador.


Dorull, la Dama Blanca. Senescal de Istar

No podemos dejar de subrayar, a modo de anécdota tras los grandes acontecimientos vividos, que Bel-Hatir desaparecía ese mismo año tras las guerras con el Reino de Garl. Los Caballeros Dorados, la infantería de élite gnoma, contó con la ayuda inesperada (y representada en un magnífico cuadro de Berthen) de un millar de soldados-sandía que arremetieron contra las hordas enemigas. Esa batalla definitiva marcó la desaparición de dicho territorio y su concesión pacífica por parte de los gnomos al Reino de Istar, concretamente a la Senescal Dorull.


Era Dorada (454-Actualidad)

Estamos en el año 558 Muchas cosas han cambiado, pero a grosso modo se ha vivido un siglo de esplendor para el conjunto de las civilizaciones mortales. Nuevas rutas comerciales con los Reinos del Norte se han abierto, nuevos reinos han surgido con más fuerza, la economía ha experimentado un notable incremento...pero en todo ello siempre hay perdedores. Y es justo mencionar a tres grandes protagonistas que nos han acompañado hasta este momento.

El Reino de Istronia veía como la Dinastía Álentor llegaba a su fin con la muerte de Aloysius Álentor sin descendencia. Las ruinas a las que se había sometido Palanthas, destruida por las huestes del Usurpador, llevaron a un notable endeudamiento para su reconstrucción. Zanarkand, Tracia y Lundstrom aprovecharon dicha situación durante estos años para hacerse con una ampliación efectiva de sus fronteras. En el mapa es visible esto.

Respecto a Istar, si recuerdan, la dejamos intentando salir adelante después de la ruina total que supuso la Guerra del Fuego Sagrado. Durante este siglo, y tras la muerte de la Dama Blanca, se han sucedido una serie de reyes que han convertido dicho reino en un Imperio, rememorando los primeros años y dominios de esas tierras por parte de los istarianos, individuos dotados de un enorme sentimiento nacional. Ástarin ha vuelto a estar bajo su dominio tras un tiempo de independencia, y ahora es solo una provincia más. En la actualidad son la formación política más poderosa de Áinster.

Y volvemos a Lerin-Athor. El reino de los elfos, el primero de los reinos como tal de todo el plano, había sufrido muchos cambios. En la Guerra del Fuego Sagrado Gilthas fue asesinado por uno de los más poderosos elegidos de Ranthas (la imagen de Anthas en el plano). Le sucedía en el trono Porthos-Athor, su hermano, quién moriría asesinado años después. La única heredera que podía asumir el trono era Eryannel-Athor, sobrina de estos, Portadora de la Marca. Como elegida de los dioses, debía dar su vida a fin de destruir a Anthas, y así fue. En su testamento legó el reino a la familia Loen, y con ella vino el cambio de dinastía. Lerin-Athor (Tierra del Sol en élfico) pasó a llamarse Sul-Loen (Amanecer del León en dicho idioma). Yurion-Loen se hizo con el poder y gobierna con mano autárquica. Las cosas han cambiado mucho en el reino de los elfos, que conserva glorias pasadas y una incipiente guerra de guerrillas entre los contrarios al nuevo monarca.


Áinster en la actualidad

En definitiva, así han quedado las cosas en la actualidad. Vivimos buenas épocas, un siglo de relativa paz y calma. Los dioses vuelven a tener fuerza y sus planes toman de nuevo forma, así como las luchas entre estos. Los mortales se multiplican y las circunstancias históricas parecen empequeñecer de nuevo a lo local. En todo este ambiente, hay que destacar la figura de los Gremios, a las que dedicaremos un especial más adelante. Definiéndolo en pocas palabras, son corporaciones de mercenarios que se dedican a prestar todo tipo de servicios, y cuando decimos esto, decimos que puede ir desde ayudar a preparar la comida hasta asesinar a un rey. El poder de estas instituciones está tan desarrollado e internacionalizado que muchos aluden a ellos como los verdaderos dirigentes de Anthara. Y no van desencaminados...


Eryannel-Athor, Portadora de la Marca, última reina de Lerin-Athor.

Espero que os haya gustado conocer la Historia de este plano. Esta última entrada puede resultar algo más compleja, pero estoy abierto a cualquier tipo de dudas, comentarios o sugerencias. Una vez estamos situados temporal y espacialmente, comenzaremos a ahondar en temas más concretos y, estoy seguro, de mayor interés para muchos de vosotros.





1 comentario:

  1. Aaaaa~ Este periodo y el inicio de los tiempos son las épocas que más me gustan. Será porque es de las cosas más épicas a gran escala que han pasado en Áisnter y, por qué no, es la parte que jugamos.
    Una cosa. Has pues al principio que nos llamaban Los Elegidos de Dobus. Qué dices? Somos los HÉROES!! xDDDD
    Y por otra parte, he visto que has dedicado solo un parrafito a las grandes gestas heróicas de Kilika en la guerra contra Bel-Hatir. A qué se debe? ¬¬ Es que acaso el ejercito de sandías no merece una entrada completa?!! xD

    Tengo ganas de ver qué más nos cuentas sobre este mundo que conocemos tan bien, pero que siempre escode algún misterio aún por descubrir. Uuuuh

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